viernes, 4 de julio de 2008

TRANSGÉNESIS








Azul eléctrico
para la diagramación de los cielos
heridos por la lanza del Clon Pájaro
la lanza que llevó su luz
a leer las tinieblas del caos.





Sangre de flores
para clonar selvas computadas
derrame de estrellas en la piel del espejo
voces metalizadas, gritos viajando por cables
energía primitiva del segundo reloj biológico.








Aguas nucleares
para los océanos emitidos por Zeus
svásticas en los ojos de las sirenas
leones mecánicos custodian
el nacimiento de los superhombres.





Conciencias programadas
ojos puestos a orillas del Génesis 2
vehículos alados aguardan la llegada de los ángeles
con sus tiempos Cibergenéticos
a la espera de sus artificiales paisajes.






















© Néstor Morosetti







Ilustraciones Max Ernst, Salvador Dalí y Ana Lindner

NACIMIENTO DE XIXZIL EN EL MAR

Estos son mis labios, Cristal
hablando sobre el agua celeste
lastimados por las tijeras
de un Recortador de Sueños.

Estos son mis labios
robándole una cara al mar,
observa como forma órganos
con níquel y metales jugosos.
Observa, Cristal, como rescato
placas para mi nueva mente.
Todo en mí se reconstituye.

Sin querer, Cristal
se forma mi cuerpo-robot
bajo remolinos verdes
llenos de anémonas.

De la artificial memoria
se llega al puente
por donde los labios
pasan a otros labios
de trizas de zinc.
Sin querer se olvida
el idioma de lo natural.

Llueve, llueve, Cristal
y ya soy un robot
de cuerpo muy frágil
deshecho en la playa crepuscular
viendo flamear estrellas
en un sol helado.

XIXZIL Y LA AMANTE ROBOT


Tus manos mecánicas me acarician
tus labios luminosos
me dicen palabras suaves.


Mis programas de amor
imprimen tu rostro metálico
en las impresoras del mundo
tu imagen se revela desnuda.


Desde mi pantalla
te veo haciendo
un strip mecánico.


Tu mejor campaña
fue haberme enamorado.
Sin tu amor
se me cortan los circuitos.


Te amo, mi amor... soñaré que me tecleas.
No me zzzzz ¡necesito tus caricias cibernéticas!
No me apagueszzzzzzz
No me zzzzzzzzzzzzzzzzzzz.......

CIRCUITO DE LA FLOR

Circuito de la flor
senderos de los jardines
que se activan y desactivan.
Soy cibernético
soy el modelo “Omega Amarillo”
Nro. de serie “Altamar 022”.

Circuito de la flor
las luces de mis ojos
dicen que nunca he vivido
sólo que lo soñé una vez
dormido entre espejismos solares.

Circuito de la flor
estuve para nacer
entre los cables de tu mente.

Yo me contraigo
orbito en silencio las horas
el trayecto mudo de mi oscuridad.

Y vos, te abrís por la mañana
para ser tan bella
que no puedo describirte
entre estas explosiones
de rutina ocular.

ROJO


Dormido en el vientre de la Rosa
escucho su electricidad salvaje
su inmensa maldad amarilla
instalada con sus cables en mi boca.
Ella habla de un dolor
que sentiré al nacer:
me hará completamente humano.



Ahora te siento
te busco entre las flores
sueño un idioma de miel,
pero el dolor de no encontrarte es rojo.


Y duele Rosa Madre,
duelen los días
las noches
los que desaparecen
y se van a otro mundo;
porque ayer soñé:

En Francia: Un niño degollado.
En Argentina: Mataron a un taxista.
En Japón: Tiraron gas sarín.
En Palestina: Cayeron diez misiles.


El peligro consiste en vivir.
Las alas de las ilusiones se derriten al sol
sobre una playa celeste.


De eso quería hablarte Rosa Madre,
ahora que un disparo me da de lleno en la frente.

LA ROSA METÁLICA

Una rosa se derrite al sol. De sus pétalos derrama un metal color violeta. Pero lo más interesante de esta situación, que yo contemplo estupefacto, es que otra rosa completamente diferente va naciendo de ella misma; el líquido vuelve a subir y ella se convierte en una rosa de metal. A mí me sucede una cosa extraña; mi cabeza se desgaja en dos y veo con un ojo que tengo en el centro del cerebro.
Recordé que antes de transformarse, la rosa vio como un tractor derribaba a un árbol viejo y frondoso que había sido su amigo. También, que a una mariposa le explotó el corazón al contemplar la aberrante masacre selvática. Pero la rosa había sido lastimada por la pala del tractor y sintió pánico. Un pánico que la llevó a querer ser de metal.
Han pasado siglos y la rosa metálica intenta seducir a los abejorros para que le extraigan el polen, pero no lo consigue. Entonces, todos los días sube a un pequeño cohete y vuela a Marte. Desde allí contempla a través de un telescopio la tumba del viejo árbol.

LLUVIA ROJA

Un insecto duerme en el útero de una flor. Es un escarabajo color plateado. Los circuitos de la corola de su madre encienden melodías sagradas. Algunas luces brillan y luego se apagan en el vientre de la rosa madre. Mientras tanto el escarabajo sigue sumergido en un sueño casi eterno. Pero su alma espera el alba de la vida. La rosa madre contrae sus pétalos para atraer las gotas de rocío, que fulguran espejismos mágicos en su piel. El viento no se cansa de traer tormentas de sangre; Cristo llueve en el jardín automático. Cada gota de sangre contiene un mesías muerto, un mundo de promesas no cumplidas. Y el escarabajo duerme en el vientre de la flor. Y un canto de lluvia viene a su pubis infinito. Y un lamento que susurran los tiempos cibernéticos se pega a sus pétalos como un mundo de perlas plateadas.
Un insecto duerme en el útero de una flor. En el útero de una rosa color rojo sangre. Mientras tanto la sangre de Cristo, llueve.